sábado, 24 de septiembre de 2011

La escasez y el mal uso del agua


El agua, el elemento clave para la subsistencia de la vida, ha sido siempre indispensable para la viabilidad y desarrollo de toda civilización. Por sus particulares propiedades físicas y por sus cualidades para disolver y transportar otras sustancias, no es extraño que en ella se haya originado y desarrollado la vida, que tenga un significado espiritual tan profundo en la mayoría de las religiones y que sea tan particularmente susceptible para las acciones contaminantes.

Desde los canales de riego contiguos al Nilo, hace más de cinco mil años, el hombre ha ideado las formas más ingeniosas para aprovechar un recurso del que no puede prescindir, ha analizado dificultades y soluciones para la provisión de los grandes núcleos urbanos, la entrega de caudales a las pequeñas y grandes extensiones de cultivo, a la industria, a las actividades mineras, a la producción hidroenergética. Se ha enfrentado de diversas maneras con la escasez, la sobre abundancia y la mala calidad, ha construido obras hidráulicas para encauzar, regular, corregir y manejar el recurso, a fin de dar respuesta a los requerimientos y necesidades básicas de las comunidades.

A toda esta gama de acciones para el conocimiento y manejo del agua, germen de vida, en las tres últimas décadas se ha agregado la necesidad de enfrentar seriamente el deterioro del recurso por la persistente acción contaminante de las actividades humanas. Va de suyo que algunos de los factores contaminantes son incontrolados por el hombre, pero otros dependen directamente de su acción. Los deshechos industriales, domésticos y agrícolas pueden transformar los lagos, ríos y arroyos en cloacas a cielo abierto, y los acuíferos en inservibles para cualquier uso (cuya percepción no es inmediata por la lentitud de la dinámica subterránea).
No únicamente la contaminación produce deterioros. Cuando se implementan programas de riego mal diseñados y no se planifica adecuadamente el uso del agua, los efectos son: la revenición, salinización, desertificación y erosión. La resultante, es la pérdida de capacidad productiva de los suelos que lleva inmediatamente a la escasez de alimentos, situación grave en un mundo con un crecimiento poblacional cercano a los 90 millones de habitantes por año.

Según la FAO a partir de 1950 se ha triplicado el consumo del agua en todo el mundo. Mientras que el consumo por habitante ha aumentado casi en un 50% (800mts. cúbicos por habitante, siendo el sector agrícola (70% del total) y el sector industrial (20% del total) son los que utilizan la mayor parte del agua que se consume.

Actualmente, la cuarta parte de los países del mundo tiene insuficiencia de agua tanto en cantidad como en calidad, con lo cual no cabe duda que un uso más intensivo e inapropiado del recurso aumentará los riesgos para la población y supone una grave rémora para la producción alimentaria, para el desarrollo económico y para la protección de los ecosistemas.

Las repercusiones de los cambios en la calidad de los recursos hídricos se advierten tanto por sus efectos directos en la salud humana al potenciar enfermedades de origen hídrico, como por los inconvenientes que ocasiona para otras formas de vida y por dar lugar a la realización de esfuerzos especiales para su tratamiento.

Algunas investigaciones han estimado que el 80% de todas las enfermedades y el 33% de las muertes en los países en desarrollo están relacionados con la inadecuada calidad del agua y según el estudio del PNUMA "cuatro de cada cinco enfermedades endémicas en los países en vías de desarrollo se deben al agua sucia o a la falta de instalaciones sanitarias" y la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que las enfermedades ligadas al modo de vida y al ambiente son responsables de las tres cuartas partes de los 49 millones de defunciones que se producen en el planeta cada año, y, medio mundo -2.500 millones de personas- sufren enfermedades asociadas a la contaminación del agua y a la falta de higiene, señalando una estrecha correlación entre la insuficiencia y calidad del recurso y la ocurrencia de enfermedades de origen hídrico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario